Ella viste ojos verdes, verdes como la hierba recién cortada, tan frescos y llenos de dulzura.
Tenía tantas ganas de vivir la vida, su vida, la que ella había estado forjando poco a poco, con tanto esfuerzo y que tantas lágrimas le había costado.
Ella miraba todas las noches al cielo, esperando alguna señal, alguna estrella que le guiñara un ojo, algo, algo... Pero siempre volvía a su escondite sin nada.
Ella...Ella...Ella...
No hay comentarios:
Publicar un comentario