No me pidas que te bese porque te besaré.

Y de nuevo Albert Espinosa, esta vez con su brillante obra, No me pidas que te bese porque te besaré, ha echo que derrame unas lagrimillas un jueves por la noche (madrugada del viernes).



El consejo más sencillo, nace de una mente sencilla. Una mente especial, distinta en la forma, pero con el mismo fondo. Porque sus sueños son los mismos que los nuestros.

Cierra los ojos y díselo, dile que no la quieres, que no quieres casarte, que solo quieres tocar la guitarra, como cuando eras niño. Y pasar el rato con tu amigo, disfrutar de la piscina, del agua.

Cierra los ojos y díselo, dile que te vas y lo dejas todo, que ya no te quedan excusas para mantener el castillo de naipes. Que no eres quien todo el mundo quiere que seas, que serias más feliz siendo pequeño, especial.

Cumplir los sueños de la infancia es liberar una parte de nosotros mismos, descubrir que aunque no somos quienes imaginamos, si hemos pagado las pequeñas deudas que adquirimos al soñar con nuestro futuro.



Albert siempre quiso aprender a tocar la guitarra, pero de niño su profesor llego a casa, le enseño un acorde, le regalo una púa y se murió.

Antes de que su vida cambie para siempre, con una boda que no desea, Albert reunirá el valor que le falta, para aprender a tocar, en la única clase que encuentra, con gente tan especial como él, aunque su minusvalía sea del alma y no de la mente.

En cinco días Albert cambiara su mundo para siempre, el día antes de casarse llegara a la casa de su novia, a la que desea abandonar, a la que tantas veces intento dejar, cerrara los ojos y...

1 comentario:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...